Acechar a los Acechadores – El Arte de Ensoñar
Carlos Castaneda relata sus dificultades con el colapso del límite de la segunda atención, lo que le provoca fatiga y la necesidad de ayuda de don Juan. Don Juan le propone «acechar a los acechadores» como la última tarea de la tercera puerta del ensueño, que implica extraer deliberadamente energía del reino de los seres inorgánicos para realizar una proeza de hechicería: un viaje utilizando la conciencia como elemento energético. Carol Tiggs se une a Castaneda en esta peligrosa empresa. Su intento resulta en una abducción física inesperada y aterradora de sus cuerpos hacia un mundo desconocido por los seres inorgánicos, una trampa tendida previamente a los antiguos hechiceros. Don Juan explica que su energía combinada, aunque sustancial, no fue el factor principal de su viaje; la manipulación de los seres inorgánicos sí lo fue. Les advierte que su situación única los convierte en objetivos y les aconseja evitarse para prevenir futuras abducciones. Las prácticas de ensueño de Castaneda se reorientan entonces hacia la visión de la energía en diversos estados.