El Lado Activo del Infinito – La Visión Clara
En este último capítulo del libro, Castaneda se encuentra en un dilema, incapaz de lidiar con el mundo de la gente común después de haber sido influenciado por don Juan. Su nueva percepción lo lleva a juzgar a todos según los estándares de impecabilidad de don Juan, lo que provoca una crisis en su vida académica y personal. Relata sus experiencias con un jefe amable pero pasivo, Ernest Lipton, cuya impotencia le recuerda a su propio padre. Don Juan le aconseja que el problema no está en los demás, sino en su propia «autorreflexión». El clímax ocurre un día en el campus de la UCLA, cuando Castaneda es invadido por un extraño temblor, pierde su visión normal y, por primera vez, «ve» conscientemente la energía directamente, percibiendo a las personas como esferas luminosas y peludas. Tiene la impactante revelación de que siempre ha percibido la energía de esta manera, pero nunca fue consciente de ello. La experiencia termina con él despertando inexplicablemente en su apartamento a millas de distancia. Don Juan confirma que él «paró el mundo», viajó desde el silencio interno y experimentó la «visión clara» o «perder la forma humana», dejándolo con la enloquecedora pregunta de qué le había impedido acceder a esta percepción toda su vida.